lunes, 9 de enero de 2017

La vida en las calles

Fumiko Hayashi, Diario de una vagabunda (1930)
Atsushi Muroga, Score (1995)
Premio al mejor director debutante en el Festival de Cine de Yokohama 1995
Premio al nuevo talento en el Mainichi Film Concours 1996
Satoshi Kon, Tokyo Godfathers (2003)
Mejor película de animación en el Mainichi Film Concours 2004
Mejor director en el Tokyo Anime Award 2004

"(...) el mundo de los bajos fondos está en el umbral de la luz y la esperanza. Es un mundo muy alegre.
Pero (...) siento que es el mundo de la decepción. Estamos en el abismo, a punto de caer".
 Estas palabras de Fumiki Hayashi, que forman parte de su Diario de una vagabunda, reflejan el tema que, con mayor o menor acierto, comparten las obras propuestas. Las tres hablan de personas situadas al margen de la sociedad, que viven de forma precaria y establecen una frontera visible para el mismo sistema que les rechaza.

Hayashi nos permite conocer, de forma fragmentaria, sus primeros veinticinco años de vida. Dentro de la mezcla de relatos sobre hechos cotidianos, reflexiones sobre la identidad personal y el futuro, desengaños, añoranza y momentos de desesperación, destacan los fogonazos de su visión poética sobre la naturaleza, donde combina elementos tradicionales y urbanos (Desde la ventanilla del taxi (...) miré con nostalgia el vuelo de los gorriones como piedrecitas lanzadas sobre las copas de los árboles color óxido de la avenida).
Con esta autobiografía, la autora nos proporciona una visión realista sobre Japón en el primer tercio del siglo XX, con problemas quizá no tan diferentes, en algunos casos, a los actuales: trabajadores pobres (Dinero, dinero. // Dicen que el dinero circula por el mundo, pero // aunque yo trabajo y trabajo, no llega), el negocio de la prostitución, la desigualdad de género o los círculos literarios de vanguardia.

Sobre Score, obra de un prolífico y exitoso director de cine comercial japonés, poco más hay que decir tras leer la reseña de vcinemashow.com. El artículo señala que Muroga es un fanático de la cultura popular estadounidense, como muestran las referencias a Reservoir Dogs -la película de Tarantino estrenada tres años antes-, Doc Holliday -personaje del Oeste que participó en el tiroteo del O.K. Corral-,  Farewell, my love (Adiós, muñeca) -segunda novela del escritor de novela negra Raymond Chandler-, o la escena final (mal) copiada de Butch Cassidy and the Sundance kid (Dos hombres y un destino, 1969).
Desafortunadamente, el resultado no se acerca a la calidad de sus fuentes. Realizada en un momento en que la industria cinematográfica japonesa estaba en crisis, fue rodada en Filipinas con muy bajo presupuesto. Además, cae en todos los tópicos y limitaciones del cine de acción de Hong-Kong: acción superficial y reiterada, personajes estereotipados, interpretaciones penosas, machismo, falta de efectividad de los elementos dramáticos...

"Hana: -Me pregunto qué pensará la gente de nosotros.
Gin: - Pensarán que somos un vagabundo, un travesti, una fugada y un bebé abandonado. Kiyoko es el mensajero de Dios. Nosotros somos sus servidores. Servidores sin cobrar, pagando por los pecados de un padre".

Tokyo Godfathers es un cuento de Navidad (atención a la presencia repetida del número 1225) que reúne hábilmente los elementos clásicos popularizados por Dickens: pobreza, humor, bondad y milagros. Retrato de una ciudad contemporánea y de algunos de sus habitantes, casi siempre olvidados u ocultos, presenta a unos protagonistas que, para reencontrarse a sí mismos y sus vidas abandonadas, deberán establecer o recuperar vínculos con otras personas.


De Satsohi Kon conocíamos ya la adaptación al anime de Paprika; en esta ocasión ofrece un relato original, con un dinamismo similar pero de narrativa más clara, que recibió dos galardones en el Festival de Sitges 2003.
Dedicamos una tertulia cómic a conocer la producción manga de este cineasta; en el blog encontraréis algunos enlaces a artículos sobre su filmografía.

1 comentario:

  1. Bonus track:

    Los animes creados por Satoshi Kon han “inspirado” a directores de largometrajes occidentales. Como muestra, dejo un vídeo donde se ven estas (en absoluto) sutiles similitudes.

    En este vídeo aparecen las similitudes comentadas entre Perfect Blue y Black Swan (Cisne negro) de Darren Aronofsky. En defensa de Darren, diremos que compró los derechos de Perfect Blue.

    https://youtu.be/_wCn9LoZdNU

    Cuanto menos curioso.

    Nos vemos en una semana.

    Isa

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